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La Peste Porcina y el Lobo Ibérico: ¿Solución Natural o Error de Gestión?

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    Grupo Lobo
  • hace 12 horas
  • 4 Min. de lectura

ASOCIACIÓN MEDIOAMBIENTAL GRUPO LOBO

La reaparición y la amenaza constante de la Peste Porcina Africana (PPA) en Europa, y su presión sobre la Península Ibérica, ha encendido todas las alarmas en el sector ganadero y cinegético. Sin embargo, el pánico a menudo conduce a decisiones precipitadas. Mientras las administraciones apuestan por la erradicación mediante el rifle, la ciencia sugiere que estamos ignorando a nuestro mejor aliado sanitario: el lobo ibérico.

A continuación, analizamos la situación desde la ética ambiental y la ecología de poblaciones.


1. El Origen del Virus: Responsabilidad y Atentado Ambiental

La Peste Porcina Africana es un virus de alta resistencia y letalidad. Si bien su origen histórico se remonta a África, su expansión actual plantea interrogantes sobre la bioseguridad global.

Es imperativo señalar que, en el hipotético caso de que una variante viral de esta magnitud fuese fruto de una manipulación de laboratorio o de una fuga por negligencia humana, estaríamos ante un atentado medioambiental de primer orden. Un acto de tales características no solo devasta la economía ganadera, sino que desestabiliza ecosistemas enteros. La sociedad civil debe exigir transparencia absoluta y, de confirmarse cualquier origen no natural o negligente, este debería ser perseguido penalmente como un crimen contra la biodiversidad.

No obstante, independientemente de su origen, la gestión de su expansión es donde hoy fallamos estrepitosamente.


2. El Fracaso de las Batidas: Dispersión en lugar de Control

La respuesta estándar ante la PPA ha sido intensificar la caza, organizando batidas masivas para reducir la población de jabalíes (Sus scrofa). Sin embargo, la literatura científica sugiere que esta estrategia puede ser contraproducente.

  • Efecto Dispersión: Las batidas rompen la estructura social de las piaras. Los animales supervivientes, estresados y asustados, huyen recorriendo distancias mucho mayores de lo habitual, llevando el virus a zonas que antes estaban libres de infección.

  • Aumento del Contacto: Al desestructurar los grupos, aumenta la tasa de contacto entre individuos de distintas piaras, facilitando la transmisión horizontal del virus.

  • Eliminación de Animales Sanos: La caza no discrimina, se abaten animales sanos. Si bien en la PPA el curso es demasiado rápido para que los enfermos se reproduzcan significativamente, debemos de tener en cuenta que en otras patologías endémicas (como la tuberculosis), eliminar ejemplares sanos y resistentes es un error muy grave, pues reduce la competencia intraespecífica y favorece a los portadores crónicos.

Jabalís con sus rayones

El dato: Estudios de la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) han advertido repetidamente que la caza intensiva, por sí sola, no es una medida efectiva de erradicación en zonas endémicas y puede exacerbar la propagación.


3. El Lobo Ibérico: El Veterinario del Monte

Aquí es donde entra en juego el papel insustituible del depredador apical. El lobo ibérico (Canis lupus signatus) no caza al azar; practica lo que los ecólogos llaman depredación selectiva.

El lobo tiende a predar sobre individuos vulnerables: los viejos, los débiles y, crucialmente, los enfermos.

  • Detección Precoz: El lobo detecta a un jabalí enfermo mucho antes que un cazador o un dron. Un animal infectado por PPA es más lento y torpe, convirtiéndose en presa fácil.

  • Cortafuegos Biológico: Al eliminar al animal enfermo antes de que pueda contagiar a otros miembros de la piara o desplazarse grandes distancias, el lobo reduce drásticamente la carga viral en el ambiente.

  • Limpieza del Ecosistema: Al consumir el cadáver, el lobo elimina el foco de infección (el cuerpo del jabalí muerto es una bomba viral que persiste en el ambiente). El sistema digestivo del lobo neutraliza la mayoría de los patógenos, impidiendo que el virus quede disponible para otros jabalíes carroñeros.

  • Conclusión

Seguir apostando únicamente por las batidas y el control letal humano es ignorar los mecanismos que la naturaleza ha perfeccionado durante milenios. Si queremos proteger nuestra cabaña ganadera, debemos dejar de ver al lobo como un enemigo y empezar a valorarlo como lo que es: una barrera sanitaria gratuita y eficiente. La coexistencia no es solo una cuestión romántica, es una necesidad epidemiológica.

Referencias Científicas:

  1. Sobre la Depredación Selectiva (Lobo como saneador):

    • Tanner, E., et al. (2019). "Wolves contribute to disease control in a multi-host system". Este estudio (realizado con ciervos y CWD, pero aplicable por analogía) demuestra cómo los depredadores seleccionan presas infectadas, reduciendo la prevalencia de la enfermedad en la población de presas.

    • Mysterud, A., et al. (2020). Estudios sobre cómo la ausencia de grandes depredadores facilita la expansión de enfermedades en ungulados silvestres.


  2. Sobre la Ineficacia de la Caza Intensiva:

    • Scillitani, L., et al. (2010). Investigaciones que demuestran que la caza intensiva altera el uso del espacio del jabalí, aumentando sus rangos de desplazamiento y, por ende, el riesgo de dispersión de patógenos.

    • Informes de la EFSA (European Food Safety Authority): La EFSA ha publicado dictámenes científicos indicando que la reducción drástica de jabalíes mediante caza es difícil de mantener y puede llevar a movimientos compensatorios de los animales.

  3. Sobre la PPA y Ecología:

    • Morelle, K., et al. (2019). "Wild boar and African swine fever in Europe". Analiza cómo la gestión humana a menudo falla al no considerar la ecología del comportamiento del jabalí.


 
 
 
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